Desde hace algunos años, el enfoque tradicional de enseñanza en las aulas peruanas ha comenzado a ceder espacio a metodologías que colocan al estudiante como protagonista de su aprendizaje. Una de estas propuestas es el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), impulsado por el Ministerio de Educación del Perú (MINEDU) como parte de su estrategia para lograr una educación más significativa, crítica y contextualizada. Pero ¿qué implica realmente este enfoque? ¿Por qué se ha convertido en una apuesta central del currículo nacional? Y, sobre todo, ¿cómo se traduce en la práctica dentro del aula?
El aprendizaje ya no es memorizar, sino construir
Cuando hablamos del ABP no estamos frente a una moda pedagógica. Se trata de una metodología sustentada en décadas de investigación educativa. Su esencia está en que los estudiantes aprenden haciendo, enfrentándose a problemas reales o preguntas desafiantes que los obligan a investigar, colaborar, experimentar, y finalmente crear productos concretos que den respuesta a esos desafíos.
En lugar de dividir las clases por asignaturas estancas, el ABP propone interdisciplinariedad: ciencia, comunicación, matemáticas, ciudadanía y arte pueden confluir en un mismo proyecto. Por ejemplo, si el reto es proponer soluciones para mejorar la alimentación en la comunidad, los estudiantes investigan hábitos nutricionales, calculan presupuestos, redactan informes y difunden sus propuestas. Todo desde una lógica aplicada y contextual.
¿Qué busca el MINEDU con este enfoque?
El ABP no es una propuesta aislada. Está claramente alineada con los enfoques transversales del Currículo Nacional de Educación Básica (CNEB), que pone el foco en el desarrollo de competencias antes que en la simple transmisión de contenidos.
Según el propio MINEDU, el ABP contribuye a que los estudiantes:
- Comprendan lo que aprenden y lo conecten con su entorno.
- Desarrollen pensamiento crítico, autonomía, creatividad y trabajo en equipo.
- Participen activamente en la solución de problemas de su comunidad.
- Construyan aprendizajes duraderos, que no se olviden tras un examen.
Esto va más allá de cambiar la forma de enseñar; implica también transformar el rol del docente. En lugar de ser la fuente única de información, se convierte en un facilitador, un guía que propone retos, acompaña procesos, y valora tanto el error como el acierto.
Así se vive el ABP en el aula: un ejemplo concreto
Imaginemos una escuela pública en Ayacucho. El docente lanza una pregunta desafiante al grupo de sexto grado: ¿Qué podemos hacer para cuidar el agua en nuestra comunidad?
A partir de esta pregunta, los estudiantes:
- Investigan fuentes de agua locales y su estado actual.
- Conversan con sus familias, recogen datos, comparan cifras.
- Elaboran infografías y maquetas.
- Redactan cartas a las autoridades locales proponiendo acciones.
- Preparan una feria informativa para compartir lo aprendido.
Todo esto no se hace en una semana. Un proyecto puede durar entre dos y seis semanas, dependiendo del nivel y la complejidad. Al final, lo importante no es solo el producto, sino el proceso de aprendizaje que recorrieron.
Elementos clave de un proyecto según el MINEDU
El Ministerio ha publicado diversas orientaciones metodológicas para implementar ABP en los diferentes niveles. De acuerdo con ellas, todo proyecto debe considerar ciertos elementos esenciales:
| Elemento | Descripción |
|---|---|
| Pregunta desafiante | Es el punto de partida. Debe ser abierta, retadora y relevante. |
| Investigación guiada | Los estudiantes recopilan información y analizan diferentes fuentes. |
| Producto final | Puede ser un video, campaña, prototipo, obra de teatro, etc. |
| Presentación pública | Se socializa el proyecto con la comunidad educativa u otros actores. |
| Evaluación formativa | A lo largo del proceso, se retroalimenta el aprendizaje. |
Además, el proyecto debe estar conectado con competencias del currículo, lo cual garantiza su pertinencia pedagógica.
¿Qué piensan los docentes sobre esta metodología?
En entrevistas recogidas por la Dirección General de Educación Básica Regular, muchos docentes destacan que con el ABP los estudiantes se muestran más motivados y participativos. “Cuando trabajamos un proyecto sobre el reciclaje, mis alumnos se organizaron por iniciativa propia para hacer una campaña en sus barrios. Fue impresionante ver cómo asumían responsabilidades”, señala Rosa Palomino, maestra de primaria en Puno.
Pero no todo es fácil. Algunos profesores reconocen que implementar ABP requiere tiempo, planificación colaborativa y creatividad. Muchos reclaman más acompañamiento por parte de los especialistas UGEL y acceso a materiales contextualizados. La capacitación continua sigue siendo una tarea pendiente en varias regiones.
¿Funciona también en secundaria?
Aunque en primaria es más visible por la flexibilidad del horario, en secundaria también se ha implementado con buenos resultados, sobre todo cuando hay coordinación entre áreas. En el nivel secundario, el ABP permite trabajar temas de ciudadanía, salud mental, derechos humanos, medio ambiente, entre otros.
Por ejemplo, en una institución educativa de Trujillo, los estudiantes de cuarto de secundaria desarrollaron un proyecto sobre acoso escolar en redes sociales. Investigaron casos reales, entrevistaron a psicólogos, analizaron normas legales y elaboraron una campaña de concientización en TikTok que tuvo miles de visualizaciones.
Este tipo de experiencias no solo fortalece competencias académicas, también despierta la agencia personal de los estudiantes. Se sienten parte activa de su sociedad.
Beneficios y desafíos en cifras
Según los resultados del monitoreo pedagógico del MINEDU 2023, en las escuelas donde se aplicó el ABP de manera sistemática, se observó:
- Mayor participación activa de los estudiantes (75% frente al 49% en aulas tradicionales).
- Incremento en la producción escrita en contexto real (63% frente a 38%).
- Mejoras en comprensión lectora y razonamiento lógico en comparación con aulas sin ABP.
No obstante, el estudio también indica que menos del 30% de las escuelas ejecutan proyectos interdisciplinarios de forma regular. La principal dificultad señalada por los docentes es la sobrecarga administrativa y la falta de articulación entre áreas.
Recursos oficiales para implementar el ABP
El MINEDU ha puesto a disposición de los docentes varios documentos y recursos para facilitar esta implementación. Algunos de los más útiles son:
- Guía para el desarrollo del ABP en primaria
- Planificación de proyectos interdisciplinarios en secundaria
- Banco de situaciones significativas por nivel y ciclo
- Rúbricas de evaluación formativa por competencia
Estos recursos no solo contienen ejemplos, también ofrecen formatos editables, indicadores de logro, y sugerencias prácticas que han sido validadas en campo.
¿Estamos listos para una educación centrada en proyectos?
El camino hacia una escuela donde aprender implique cuestionarse, investigar y construir juntos no está exento de obstáculos. Pero si algo ha demostrado el ABP en el Perú, es que cuando se implementa con convicción y acompañamiento, el cambio se siente en el aula. Estudiantes más críticos, más empáticos, más comprometidos.
El reto ahora es lograr que este enfoque no sea la excepción, sino la norma. Que no dependa solo del entusiasmo individual de un docente, sino que se integre de forma orgánica en la cultura institucional de cada escuela. Que las UGELs, direcciones regionales y el propio MINEDU articulen esfuerzos para que todos los estudiantes, sin importar dónde vivan, tengan derecho a una educación que les haga sentido.
Porque en un país tan diverso como el Perú, los proyectos pueden ser el puente entre lo que se enseña y lo que realmente se necesita aprender. Y eso, sin duda, vale la pena construir.